Atrapada
Capitulo
2, “Oscuras Golondrinas”
Pov. Sophia
Al ingresar al aeropuerto de Froks saque la cazadora
que había guardado en mi morral y la deje sobre mi hombro, me dirigí al
maletero, y allí estaba mi maleta azul y mi particular morral morado
contrastando sobre los demás, al darme cuenta de que todo era demasiado para mi
y que estaba agotada tanto física como psicológicamente, pedí ayuda un chico
que me sacaba unos pocos centímetros, me fui directamente a la sala de espera
dándole las gracias al chico y entonces lo vi, tan guapo como siempre, sentado
en una silla con un café instantáneo en sus manos.
-¡Papa!- grite, y tropezando un poco con la maleta y
los dos morrales, encaminándome hacia él, nos abrazamos como hacían ya cuatro
años lo hacíamos, pero todo al final resulto siendo muy superficial y metódico,
los fantasmas del pasado regresaron eclipsando la ilusión del reencuentro y
recordándonos que el pasado nunca se olvida, trata de superarse… pero jamás se
olvida.
-Ven… déjame ayudarte- dijo al tiempo que tomaba mis
dos morrales, al vez mi cazadora sobre mis hombros, aun sin colocar, enarco una
ceja en un gesto burlón y dijo, -Si yo fuera tu me la pondría, ya no estas en
Madera nena, aquí muy poco sale el sol.- hice caso omiso a su comentario y
juntos atravesamos el aeropuerto.
Al atravesar la entrada de acceso principal una fuerte
y helada ráfaga de viento me golpeo de lleno y lentamente un presentimiento de
deja- vu embargo todo mi cuerpo, rápidamente me coloque mi cazadora viendo como
mi padre hacia negaciones con su cabeza y reía con la cabeza gacha, tratando de
reprimir su risa, ¡GENIAL! Teníamos cuatro años sin vernos y el solo se burla
de mi, camino delante de mi conduciéndome hacia un BMW negro, abrió mi puerta
en el asiento copiloto y espero a que entrara, tomo la maleta y los morrales y
los introdujo en el capo, luego el ingreso al carro, y con un suave ronroneo
arranco, poniéndonos en marcha, rumbo a mi nuevo hogar.
Era una de esas casas alejadas de todo, sin vecinos
merodeando a tu alrededor, con un frondoso bosque como patio trasero lo cual me
parecía aterrador y fantástico, una dicotomía justa para este momento, era
simplemente siniestro.
La casa era sencilla pero lujosa, era… linda, algo
anormal para un hombre que vive solo, hice una nota mental de esto; era de dos
plantas y tan solo tenia tres cuartos, un despacho, dos baños en la planta
superior, en la planta inferior se encontraba un ultimo baño, una sala de
estar, el comedor, la cocina, y la sala de televisión.
Al llegar a la parte superior me dirigí a mi cuarto, mi
padre lo había tenido que acomodar para mi estancia allí, solo lo había pintado
de azul cielo al parecer recordaba mi color favorito, me había puesto una lámpara
al lado de la cama, agregado un escritorio y un gran tablero de corcho, y aun así
mantenía ese aire refinado tan característico de mi padre, me quede de piedra
al ver dos puertas cerradas, me dirigí a abrirlas y me di cuenta que mi cuarto
tenia un gran balcón que daba hacia el lado posterior de la casa, era mágico,
perfecto, una fina barandilla servían como protección y contrastaban
perfectamente con las puertas de madera y vidrio era absolutamente
indescriptible.
Luego de que acomodara las cosas debidamente, me tire
en la acolchonada cama y cerré mis ojos, soñando con un ser desconocido, con
aquello que me faltaba y por alguna razón sentí que encontraría, pronto.
Me deprimí rápidamente, hacían 7 horas había llegado y
un sollozo dubitativo escapo de mis labios, Liam,
el, todo el… estaría ahora viendo ese
estúpido programa que le gustaba, lo televisaban a esta hora, muchas veces
sentada junto a él lo veía solo para estar a su lado unos cuantos minutos,
luego, al ver que era demasiado tarde me iba a mi casa no sin antes besarnos
como si se nos fuera la vida en ello, como si fuese el ultimo beso, quien iba a
pensar que si… aquellos besos furtivos estarían contados, serian los últimos, así,
rememorando una triste y vieja canción en mi mente me dormí, derramando
lagrimas amargas inconscientemente, sabiendo que la memoria no es un colador y
que los recuerdos no son como humos, que luego de unos instantes logra
desvanecerse.
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Al bajar del carro de mi padre una fina capa de lluvia
se disipaba sobre mi, tuve la extraña sensación de que esa era mi bienvenida
oficial al primer día de clases.
-Ya no estas en california- grito mi padre dentro del
coche, para luego arrancar y desaparecer por la autopista, camine con precaución
para evitar caerme en pleno campus y me refugie al fin en las instalaciones del
instituto, retire la capucha de mi cabeza y camine hacia la oficina principal,
allí un amable castaña que identifique como la secretaria me dio un horario de
clases, un papel para los profesores y lo que me parecía un mapa.
Camine entre la masa de estudiantes y divise un bloque
con un gran numero dos, a donde mirara, todo era tan… diferente, era todo tan
cerrado y tan claustrofóbico, en California todo era abierto, las ventanas
siempre estaban abiertas, y el aire cálido se filtraba entre los salones, Liam siempre se quejaba de el calor, amaría
este lugar, Liam…
Luego de subir las escaleras y de atravesar un par de
pasillos, logre entrar a el aula, le entregue al profesor el papel de
asistencia que me debía firmar, me indico donde podía colgar mi cazadora y
luego de hacerlo me señalo en que pupitre podía instalarme, me senté en el
asiento continuo a una chica pelirroja con pecas esparcidas alrededor de su
cara y con la piel un poco menos blanca que la mía.
La clase de calculo paso raídamente, no sin antes
comprender que no era una de mis favoritas, demasiados números para mi gustos, Liam amaba los números… en la próxima
clase que era la de literatura descubrí que también la tenia junto a la chica
pelirroja que muy cordialmente me ofreció sentarme a su lado.
-Yo soy Savannah… Savannah Murray- se presento
extendiendo su mano.
-Sophia- dije estrechando su mano con la mía, y
observando como unos cálidos hoyuelos aparecían en su rostro dándole un aire de
confianza e inocencia, sonreí.
-Lo se, bueno… a decir verdad todos lo sabes, ¿vienes
de California, cierto?- al ver que solo asentí
prosiguió -¿Cómo es California?- pregunto arqueando una de sus tupidas
cejas y trastabillando sus dedos en su pupitre.
-Es diferente aquí, es muy cálido y… soleado y esto es
tan…
-Tan Forks- completo ella.
-Si, tan Forks- coincidí regalándole una sonrisa- ¿hay
algo que deba saber acerca de vivir aquí?, ya sabes, soy la chica ‘nueva’- dije a la vez que hacia una
mueca, ya que había escuchado a varias personas llamarme así.
-Duerme con calcetines, no te sentirás tan helada en
las mañanas, jamás salgas sin una cazadora, nunca sabes cuando aparcera la
lluvia, usa maquillaje a prueba de agua y por ultimo usa botas con textura
rigurosa, o si no caerás cada dos minutos- termino.
-Vale… gracias, ahora al fin comprendo porque resbalo
todo el tiempo- ella se limito a sonreír, el profesor apareció en ese momento
dejando a un lado las presentaciones cosas que agradecí, las clases tomaron su
curso normalmente, Savannah me comentaba cosas acerca del instituto, los
profesores, sus genios, sus locos y bipolares estados de ánimos, y que cosas no
deberías sacar a colación en sus clases, mis compañeros, aquellos que siempre
ligaban con chicas diferentes cada semana, las chicas animadoras, y las ‘sin cerebro’.
A la hora del almuerzo nos sentamos juntas en una mesa
apartadas de los demás, al poco tiempo llegaron otras dos chicas, Sienna y
Roxanne, La primera era ese tipo de chicas a las que su ego las llenaba por
completo cada pequeña célula de su cuerpo, hice cálculos mentales y mis
resultados fueron que el ego de Sienna probablemente no cabria en todo Forks,
La segunda, Roxanne, era el centro del universo dentro de su propio mundo rosa pálido
perfecto, comprendí que el tener una conversación con ellas dos era la cosa
posiblemente mas superficial que había hecho en mi corta y pequeña vida, cada
vez que Savannah intentaba decir algo ellas volvían a abrir su bocota diciendo
‘mi gato esta enfermo’, ‘oh! Por Dios
olvide echarme labial’, ‘necesito unos zapatos nuevos’, Savannah cuantas
calorías estas comiendo, eso es ASQUEROSO’, bla bla bla…
Al fin se levantaron de la mesa y se fueron contoneando
exageradamente sus caderas hacia las mesas donde se sentaban los jugadores de
futbol del instituto, o al menos… eso me había indicado Savannah.
-¿Por qué andas con ellas?- pregunte aturdida,
confundida totalmente.
-Nuestras madres son amigas desde hace mucho tiempo, prácticamente
crecimos juntas, La hermana de una de ellas Ángela es realmente sensacional, al
parecer no todo se hereda.- pareció meditar algo un minuto, luego hablo – ¿todas
las chicas de California son así?- pregunto haciendo una mueca.
-¿Así como?- pregunte.
-Buenas personas, Rubias y…. ¿pálidas?- pregunto.
-Oh no, de hecho casi todas son muy creídas, créeme,
California tiene mas ego que habitantes, por esa razón tan solo tenia un
pequeño grupo de amigos, pero ellos… -deje la frase colgando recordando que quizás allí nunca tuve amigos, quizás solo
estuve rodeada de personas que se hacían llamar mis amigos, Liam… el solo se
hacia pasar por MI Liam- y con respecto a lo físico, si… generalmente son
muy rubias, y con respecto a la palidez… no, de hecho son demasiado bronceadas,
¿alguna vez has visto a mi padre?- pregunte confusa.
-¿Al doctor Sparks?- pregunto asintiendo inmediatamente.
-Si, bueno la palidez la herede de el.- explique
emocionada al notar como tenia cosas en común con mi padre, como había heredado
cosas de él, éramos bastante parecidos en todo, quizás si no nos hubiésemos
distanciados, incluso, tendríamos todavía muchas mas.
-Oh, ya veo- menciono, -Bueno como vez… yo soy morena y
pelirroja- dijo ella tocando con delicadeza su cabello.
-Tienes un cabello precioso- asegure.
-Gracias tu igual, es raro hoy en día ver rubias
naturales- dijo para luego sonrojarse y reír.
El resto del almuerzo paso igual, solo que
increíblemente despacio, para nuestro mutuo asombro las dos poseíamos bastantes
cosas en común, como en la música, en algunos libros, incluso en algunos
artistas favoritos.
-¿Tu eres Sophia, no?- me dijo un chico de ojos azules,
mientras me dirigía con Savannah a mi próxima clase, luego del almuerzo.
-Si, ¿Quién eres tu?- pregunte desconfiada y aburrida, Liam… ese chico sin poder evitarlo me lo
recordaba, me ponía en alarma, sus ojos azules, su pelo rubio, su estatura, sus
músculos, Las facciones de Liam vinieron a mi mente, embargándome en ellas, y
en el como nos conocimos en una venta de Garaje, Las oscuras Golondrinas venían
a mi, avisándome que el pasado no se oculta con un dedo, que Liam estaba en mi,
palpable en mi piel, como una segunda capa, sacudí mi cabeza intentando alejar
esos pensamientos de mi.
-Yo soy Will- Dijo mientras que una sonrisa cálida se esparcía
en su rostro, sonreí sin poder evitarlo, los hoyuelos que se formaban en sus
mejillas al sonreír eran adorables.
-¡WILL!- Se escucho que gritaban a nuestras espaldas.
-Lo siento, tengo practica ahora, ha sido un placer
conocerte Sophia- dijo regalándome otra sonrisa.
-Adiós- baje mi cabeza y seguí caminando con Savannah.
-Eso a sido sin duda demasiado extraño- murmuro Savannah
mirándome con asombro.
-¿Qué pasa?- pregunte sintiéndome perdida.
-Will Springer no es el
tipo de chico que se acerca a las chicas, las chicas se acercan a él, y prácticamente
tu cara tenia un letrero de rechazo, te ha sonreído, ¡OH POR DIOS, TE. HA.
SONREIDO!- grito un poco emocionada.
-Zanja eso, no estoy interesada en chicos- dije con la
voz amarga, Savannah al ver eso solo asintió y seguimos caminando.
Las próximas dos clases con las cuales finalizaba mi
primer día oficial las pase muy bien debido a que Savannah se había sentado a
mi lado en todo momento, y me explicaba con detenimiento cada pequeño detalle
que yo conocía, descubrí que era una chica solitaria, la cual como todos poseía
miedos internos y le era muy difícil abrirse al exterior, sin embargo tenia a
su alrededor un aura de total confianza y tranquilidad, su compañía me era
definitivamente agradable.
Al terminar las clases un interrogante se planto en mi
interior de lleno, ¿Cómo se suponía que
yo volvería a casa?, ¿acaso mi padre vendría a buscarme?, ¿acaso debería irme a
pie?, caminar definitivamente no me haría mucho mal, pero lo realmente malo
es que no tenia ni la menor idea de donde vivía, ni la calle, ni la avenida,
Savannah al parecer comprendió mi expresión de pesadumbre y dijo.
-Esperaremos a que llegue mi madre, estoy totalmente
segura de que no le importara llevarte a casa- ante esto solo pude sonreír
abrumada por su increíble amabilidad, al parecer tenia una nueva amiga. Una verdadera amiga, no como London, Harry,
Step, Brittany, Joshua, Jade, Liam...
Llegamos al casillero de Savannah y vio como esta guardaba
unas cosas en el, nos dirigimos al parqueado mientras que una fina capa de
lluvia se disipaba sobre nosotras, nos logramos resguardar en el porche de la
cafetería.
Observe que casi todos los alumnos allí tenían auto,
pero en eso mis ojos se desviaron inconscientemente casi con autonomía propia
hacia una chica que paso a mi lado con gran destreza y rapidez, su caminar poseía
una gracia particular propias de una modelo o de una fina bailarina de ballet,
su pelo color broncíneo caía en ondas hasta su cintura y parecía jugar con la
brisa mientras que ella en vano trataba de controlarlo, su piel blanca en
exceso era diferente, era pálida, demasiado, de un color que jamás había visto.
En ese momento mis ojos se desviaron de ella y fueron a
parar a la mitad de la carretera, donde de manera sincronizada se estacionaron
cinco coches al unísono, al ver como un chico moreno bajaba de un Volkswagen
rojo me quede idiotizada, alto, con su piel cobriza y su pelo negro azabache y
unos músculos que probablemente te dejarían sin aliento, podía ponerle entre
unos 20 y 25 años de edad, vi como la chica de cabellos broncíneos se acercaba corriendo increíblemente rápido
hacia él y se sellaban en un caluroso y afectuoso abrazo para segundos después
unirse en un beso tan apasionado y profundo que me vi obligada a mirar hacia
otro lugar.
Los otros ocupantes de los respectivos automóviles llegaron
en ese momento, todos creando bromas y burlas hacia la cariñosa pareja.
-Ella es Renesmee- dijo Savannah, sacándome de mi
atontamiento.
-¿La chica de pelo bronce?- pregunte.
-Si, y él es Jacob- prosiguió.
-No es un poco mayor…
-A quien le importa la edad cuando tienes a un chico
como Jacob a tu lado- se burlo.
-¿Quiénes son los otros chicos?-
-Son los otros quileutes, Ellos son Sam, Paul, Seth,
Embry, Brady, Jacob, y no se como se llaman los otros, nunca he hablado con
ellos- explico- Oh mira allí viene mi mama.
La señora Murray era una mujer increíblemente
agradable, deduje que Savannah lo había heredado de ella, siempre estaba
sonriendo y diciendo anécdotas fantásticas de como eran las cosas cuando ella
estaba en el instituto, ella había nacido en Forks y toda su vida había vivido
allí, me pregunte si Savannah desearía lo mismo, mi mente proceso una respuesta
instantáneamente, No.
Al llegar a casa abrí la puerta principal con una llave
que me había dado mi padre en al mañana mientras íbamos de camino a la escuela,
la casa estaba impecablemente limpia, él me había dicho que una mujer venia en
las mañanas a hacer todos los deberes de la casa y a preparar la comida, que
siempre lo dejaba todo en el microondas, tan solo para que lo calentara y así
lo hice, el olor de las pasta inundo por completo la cocina, evocándome meses atrás donde en un
restaurante italiano, vi como un objeto brillante destacaba entre la copa de
Champagne que me habían servido, aleje aquellos pensamientos de mi memoria,
este no era el momento, esta era una nueva vida.
Pero maldita sea!, Dios sabia que lo intentaba, no es fácil olvidar años en tan solo cuatro
días, no es fácil que cada cosa que hagas sea un recuerdo demasiado doloroso,
todo me recordaba a él, incluso el aire que respiraba me lo recordaba, el
también respira…
Comí las pastas desanimada y sintiendo el silencio
desconsolante caer sobre mi de una manera tan agónica que me dejaba perpleja,
al terminar lave el plato y los cubiertos que había ensuciado y trate de
dejarlo todo como estaba, Salí al patio trasero deleitándome con el bosque, el
verde que contenida tantos matices diferentes, era hermoso, fascinante…
La pequeña terraza que se extendía bajo mis piel era de
un color blanco y acababa donde comenzaban los arboles, me acosté allí,
protegida del frio de las baldosas contra mi piel tan solo por la cazadora, cerré
los ojos quedándome allí sintiendo como el frio calaba mis huesos poco a poco
entumeciéndolos, me deje ir recordando…
permitiéndomelo, lo necesitaba, era vital para mi recordar como movía su pelo y
lo retiraba de sus ojos, como chasqueaba los dedos al estar nervioso, como su
risa lograba arreglar mi mas aterrador día, las manillas que solía llevar en
sus manos, siempre quise una, cuando el me la ofreció no la acepte, ahora me reprendía
por ello; Como su cuerpo eclipsaba el mio al abrazarnos, como siempre acertaba
al saber que camisa llevaría cada día, como a veces completaba sus frases y
como el nunca completaba las mías…
Vi
las fallas, el vivir increíblemente cerca y sentirnos tan distanciados, y como
acabo todo en 6 meses lejos, ¿acaso eso había sido todo para el?, no, negué
internamente eso no lo había sido todo, al menos no paro mi, como siempre que
agarraba su mano el inconscientemente la soltaba y como por momentos la soltaba
yo sintiéndome incomoda con su cercanía, como los besos a veces solían perder
su esencia, como los dos lo notábamos, como el siempre criticaba mi ropa de
vestir y como dos años antes había dicho que mi pelo era estúpido, que aquel
rosa que se divisaba en mis puntas solo me hacía ver ridícula, patética e
infantil, y como a pesar de que yo lo amaba lo había cortado por el, como me
maquillaba excesivamente solo por satisfacerlo incluso aunque yo lo odiaba,
esas cosas nos destruyeron.
Ahora
todo era una farsa, todo se desmantelaba rápidamente dejando ver que todo era
un inmaduro juego, un juego que ninguno de los dos debió jugar, quizás él es
demasiado el, quizás yo soy demasiado yo, lo que duele es como mi esencia no es
la misma, ya ni siquiera se si soy realmente yo, no se quien soy.
Al sentir pequeñas gotas de agua mojar mis mejillas me
levante rápidamente de allí, y entre a casa tomando mis deberes y
realizándolos, al poco tiempo llego papa, me sorprendí al ver que había llegado
temprano el solo me informo que había pedido que lo dejaran salir un poco mas
temprano.
Luego de disculparse por no haberme ido a recoger a la
escuela subí a mi habitación, me asome al balcón dejando que finas gotas de
lluvia mojaran mi cabello y que el viento gélido me estremeciera, logrando que
cerrara los ojos y a lo lejos sentí un aullido muy singular que logro erizarme
la piel, cerré con fuerza las puertas de el balcón, tome una ducha y me puse un
pijama para después tirarme a la cama, sin poder contenerme ante la comodidad
de esta comencé a saltar como lo hacia de pequeña, al quedar exhausta me
acomode entre las mantas dejando la lámpara encendida, y en algún punto de una
canción desconocida me quede dormida.
ADELANTO:
“-Jamás
pensé que haría esto pero… aquí vamos…. Ellos son casi todos chicos, son como
20 más o menos, y solo somos 7 chicas, todas las fiestas son ¡HORRIBLES! Porque
las chicas que van son las parejas de algunos, y los otros 13 siempre quedan
solos, así que, prometí invitar a unas amigas- dijo mientras un furioso tono
rojo inundaba su cara, como si estuviera confesando un intento de asesinato,
-Pero como ya te habrás dado cuenta no tengo ninguna.”
NOTA:
Como dijo me dijo una amiga ‘cada cosa que haces tiene un significado’ y
como dijo otra ‘eres un rompecabezas, si analizara cada cosa que dices quizás
no finalizaría’, en parte es cierto, tienen un gran trozo mio en este capitulo,
desde los personajes, los recuerdos, las personalidades, los diálogos :D
Will y Savannah recuérdenlos *-*
Gracias a los que comentaron el capitulo
pasado, estaré montando el tres muy pronto, debido a que ya solo le falta muy
poco *-*
Espero que lo disfruten y que les haya
gustado el mini adelanto que les he dejado :D
Gracias por Leer, Natalie Mars.
wow¡¡¡ estuvo genial el capitulo me ha encantado estoy anciosa´por ver cunando embryl y shopia se encuentran me facina tu historia nunca he lido de las imprimaciones de los demas quileutes y es genial saber de ellos...particularmente entre mis personajes faviritos esta embry...espero con ancias tu prox cap. por sierto me agrado tu delanto...publica pronto :)
ResponderEliminarWao!!! ESTUPENDO tu Capítulo 2!!! GENIAL!!! escribes MUY BIEN Amiga!!! Tienes mucho talento.... definitivamente.... lo único que lamento es que Sophia aún no conoce a Embry y aún no ha sido tocada por el Mágico y Mistico Mundo de los Quileutes.... Me muero por ver lo que viene.... Wao!!!! ME ENCANTO!!!
ResponderEliminarAnita
AMIGA Naty!!!
ResponderEliminarCuando colocas el tercer capítulo de ATRAPADA????
Esperamos ansiosas el próximo!!! queremos saber más de EMBRY y SOPHIA!!!
Please!!!
me encanta esto!! escribes MUY BIEN!!! sigue adelante!!! ánimo!!! te esperamos....
Tu Amiga Cristina....
Amiga Nati!!!
ResponderEliminarCUando vuelves a publicar esta historia?? cuando colocas el tercer capi??? me muero de ganas de saber que pasa??? please!!! no demores en colocar el proximo capi!!!
Any