miércoles, 6 de junio de 2012

Atrapada, Capitulo 2

Atrapada
Capitulo 2, “Oscuras Golondrinas”


Pov. Sophia
Al ingresar al aeropuerto de Froks saque la cazadora que había guardado en mi morral y la deje sobre mi hombro, me dirigí al maletero, y allí estaba mi maleta azul y mi particular morral morado contrastando sobre los demás, al darme cuenta de que todo era demasiado para mi y que estaba agotada tanto física como psicológicamente, pedí ayuda un chico que me sacaba unos pocos centímetros, me fui directamente a la sala de espera dándole las gracias al chico y entonces lo vi, tan guapo como siempre, sentado en una silla con un café instantáneo en sus manos.
-¡Papa!- grite, y tropezando un poco con la maleta y los dos morrales, encaminándome hacia él, nos abrazamos como hacían ya cuatro años lo hacíamos, pero todo al final resulto siendo muy superficial y metódico, los fantasmas del pasado regresaron eclipsando la ilusión del reencuentro y recordándonos que el pasado nunca se olvida, trata de superarse… pero jamás se olvida.
-Ven… déjame ayudarte- dijo al tiempo que tomaba mis dos morrales, al vez mi cazadora sobre mis hombros, aun sin colocar, enarco una ceja en un gesto burlón y dijo, -Si yo fuera tu me la pondría, ya no estas en Madera nena, aquí muy poco sale el sol.- hice caso omiso a su comentario y juntos atravesamos el aeropuerto.
Al atravesar la entrada de acceso principal una fuerte y helada ráfaga de viento me golpeo de lleno y lentamente un presentimiento de deja- vu embargo todo mi cuerpo, rápidamente me coloque mi cazadora viendo como mi padre hacia negaciones con su cabeza y reía con la cabeza gacha, tratando de reprimir su risa, ¡GENIAL! Teníamos cuatro años sin vernos y el solo se burla de mi, camino delante de mi conduciéndome hacia un BMW negro, abrió mi puerta en el asiento copiloto y espero a que entrara, tomo la maleta y los morrales y los introdujo en el capo, luego el ingreso al carro, y con un suave ronroneo arranco, poniéndonos en marcha, rumbo a mi nuevo hogar.
Era una de esas casas alejadas de todo, sin vecinos merodeando a tu alrededor, con un frondoso bosque como patio trasero lo cual me parecía aterrador y fantástico, una dicotomía justa para este momento, era simplemente siniestro.
La casa era sencilla pero lujosa, era… linda, algo anormal para un hombre que vive solo, hice una nota mental de esto; era de dos plantas y tan solo tenia tres cuartos, un despacho, dos baños en la planta superior, en la planta inferior se encontraba un ultimo baño, una sala de estar, el comedor, la cocina, y la sala de televisión.
Al llegar a la parte superior me dirigí a mi cuarto, mi padre lo había tenido que acomodar para mi estancia allí, solo lo había pintado de azul cielo al parecer recordaba mi color favorito, me había puesto una lámpara al lado de la cama, agregado un escritorio y un gran tablero de corcho, y aun así mantenía ese aire refinado tan característico de mi padre, me quede de piedra al ver dos puertas cerradas, me dirigí a abrirlas y me di cuenta que mi cuarto tenia un gran balcón que daba hacia el lado posterior de la casa, era mágico, perfecto, una fina barandilla servían como protección y contrastaban perfectamente con las puertas de madera y vidrio era absolutamente indescriptible.
Luego de que acomodara las cosas debidamente, me tire en la acolchonada cama y cerré mis ojos, soñando con un ser desconocido, con aquello que me faltaba y por alguna razón sentí que encontraría, pronto.
Me deprimí rápidamente, hacían 7 horas había llegado y un sollozo dubitativo escapo de mis labios, Liam, el, todo el…  estaría ahora viendo ese estúpido programa que le gustaba, lo televisaban a esta hora, muchas veces sentada junto a él lo veía solo para estar a su lado unos cuantos minutos, luego, al ver que era demasiado tarde me iba a mi casa no sin antes besarnos como si se nos fuera la vida en ello, como si fuese el ultimo beso, quien iba a pensar que si… aquellos besos furtivos estarían contados, serian los últimos, así, rememorando una triste y vieja canción en mi mente me dormí, derramando lagrimas amargas inconscientemente, sabiendo que la memoria no es un colador y que los recuerdos no son como humos, que luego de unos instantes logra desvanecerse.
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Al bajar del carro de mi padre una fina capa de lluvia se disipaba sobre mi, tuve la extraña sensación de que esa era mi bienvenida oficial al primer día de clases.
-Ya no estas en california- grito mi padre dentro del coche, para luego arrancar y desaparecer por la autopista, camine con precaución para evitar caerme en pleno campus y me refugie al fin en las instalaciones del instituto, retire la capucha de mi cabeza y camine hacia la oficina principal, allí un amable castaña que identifique como la secretaria me dio un horario de clases, un papel para los profesores y lo que me parecía un mapa.
Camine entre la masa de estudiantes y divise un bloque con un gran numero dos, a donde mirara, todo era tan… diferente, era todo tan cerrado y tan claustrofóbico, en California todo era abierto, las ventanas siempre estaban abiertas, y el aire cálido se filtraba entre los salones, Liam siempre se quejaba de el calor, amaría este lugar, Liam…
Luego de subir las escaleras y de atravesar un par de pasillos, logre entrar a el aula, le entregue al profesor el papel de asistencia que me debía firmar, me indico donde podía colgar mi cazadora y luego de hacerlo me señalo en que pupitre podía instalarme, me senté en el asiento continuo a una chica pelirroja con pecas esparcidas alrededor de su cara y con la piel un poco menos blanca que la mía.
La clase de calculo paso raídamente, no sin antes comprender que no era una de mis favoritas, demasiados números para mi gustos, Liam amaba los números… en la próxima clase que era la de literatura descubrí que también la tenia junto a la chica pelirroja que muy cordialmente me ofreció sentarme a su lado.
-Yo soy Savannah… Savannah Murray- se presento extendiendo su mano.
-Sophia- dije estrechando su mano con la mía, y observando como unos cálidos hoyuelos aparecían en su rostro dándole un aire de confianza e inocencia, sonreí.
-Lo se, bueno… a decir verdad todos lo sabes, ¿vienes de California, cierto?- al ver que solo asentí  prosiguió -¿Cómo es California?- pregunto arqueando una de sus tupidas cejas y trastabillando sus dedos en su pupitre.
-Es diferente aquí, es muy cálido y… soleado y esto es tan…
-Tan Forks- completo ella.
-Si, tan Forks- coincidí regalándole una sonrisa- ¿hay algo que deba saber acerca de vivir aquí?, ya sabes, soy la chica ‘nueva’- dije a la vez que hacia una mueca, ya que había escuchado a varias personas llamarme así.
-Duerme con calcetines, no te sentirás tan helada en las mañanas, jamás salgas sin una cazadora, nunca sabes cuando aparcera la lluvia, usa maquillaje a prueba de agua y por ultimo usa botas con textura rigurosa, o si no caerás cada dos minutos- termino.
-Vale… gracias, ahora al fin comprendo porque resbalo todo el tiempo- ella se limito a sonreír, el profesor apareció en ese momento dejando a un lado las presentaciones cosas que agradecí, las clases tomaron su curso normalmente, Savannah me comentaba cosas acerca del instituto, los profesores, sus genios, sus locos y bipolares estados de ánimos, y que cosas no deberías sacar a colación en sus clases, mis compañeros, aquellos que siempre ligaban con chicas diferentes cada semana, las chicas animadoras, y las ‘sin cerebro’.
A la hora del almuerzo nos sentamos juntas en una mesa apartadas de los demás, al poco tiempo llegaron otras dos chicas, Sienna y Roxanne, La primera era ese tipo de chicas a las que su ego las llenaba por completo cada pequeña célula de su cuerpo, hice cálculos mentales y mis resultados fueron que el ego de Sienna probablemente no cabria en todo Forks, La segunda, Roxanne, era el centro del universo dentro de su propio mundo rosa pálido perfecto, comprendí que el tener una conversación con ellas dos era la cosa posiblemente mas superficial que había hecho en mi corta y pequeña vida, cada vez que Savannah intentaba decir algo ellas volvían a abrir su bocota diciendo ‘mi gato esta enfermo’, ‘oh! Por Dios olvide echarme labial’, ‘necesito unos zapatos nuevos’, Savannah cuantas calorías estas comiendo, eso es ASQUEROSO’, bla bla bla…
Al fin se levantaron de la mesa y se fueron contoneando exageradamente sus caderas hacia las mesas donde se sentaban los jugadores de futbol del instituto, o al menos… eso me había indicado Savannah.
-¿Por qué andas con ellas?- pregunte aturdida, confundida totalmente.
-Nuestras madres son amigas desde hace mucho tiempo, prácticamente crecimos juntas, La hermana de una de ellas Ángela es realmente sensacional, al parecer no todo se hereda.- pareció meditar algo un minuto, luego hablo – ¿todas las chicas de California son así?- pregunto haciendo una mueca.
-¿Así como?- pregunte.
-Buenas personas, Rubias y…. ¿pálidas?- pregunto.
-Oh no, de hecho casi todas son muy creídas, créeme, California tiene mas ego que habitantes, por esa razón tan solo tenia un pequeño grupo de amigos, pero ellos… -deje la frase colgando recordando que quizás allí nunca tuve amigos, quizás solo estuve rodeada de personas que se hacían llamar mis amigos, Liam… el solo se hacia pasar por MI Liam- y con respecto a lo físico, si… generalmente son muy rubias, y con respecto a la palidez… no, de hecho son demasiado bronceadas, ¿alguna vez has visto a mi padre?- pregunte confusa.
-¿Al doctor Sparks?- pregunto asintiendo inmediatamente.
-Si, bueno la palidez la herede de el.- explique emocionada al notar como tenia cosas en común con mi padre, como había heredado cosas de él, éramos bastante parecidos en todo, quizás si no nos hubiésemos distanciados, incluso, tendríamos todavía muchas mas.
-Oh, ya veo- menciono, -Bueno como vez… yo soy morena y pelirroja- dijo ella tocando con delicadeza su cabello.
-Tienes un cabello precioso- asegure.
-Gracias tu igual, es raro hoy en día ver rubias naturales- dijo para luego sonrojarse y reír.
El resto del almuerzo paso igual, solo que increíblemente despacio, para nuestro mutuo asombro las dos poseíamos bastantes cosas en común, como en la música, en algunos libros, incluso en algunos artistas favoritos.
-¿Tu eres Sophia, no?- me dijo un chico de ojos azules, mientras me dirigía con Savannah a mi próxima clase, luego del almuerzo.
-Si, ¿Quién eres tu?- pregunte desconfiada y aburrida, Liam… ese chico sin poder evitarlo me lo recordaba, me ponía en alarma, sus ojos azules, su pelo rubio, su estatura, sus músculos, Las facciones de Liam vinieron a mi mente, embargándome en ellas, y en el como nos conocimos en una venta de Garaje, Las oscuras Golondrinas venían a mi, avisándome que el pasado no se oculta con un dedo, que Liam estaba en mi, palpable en mi piel, como una segunda capa, sacudí mi cabeza intentando alejar esos pensamientos de mi.
-Yo soy Will- Dijo mientras que una sonrisa cálida se esparcía en su rostro, sonreí sin poder evitarlo, los hoyuelos que se formaban en sus mejillas al sonreír eran adorables.
-¡WILL!- Se escucho que gritaban a nuestras espaldas.
-Lo siento, tengo practica ahora, ha sido un placer conocerte Sophia- dijo regalándome otra sonrisa.
-Adiós- baje mi cabeza y seguí caminando con Savannah.
-Eso a sido sin duda demasiado extraño- murmuro Savannah mirándome con asombro.
-¿Qué pasa?- pregunte sintiéndome perdida.
-Will Springer no es el tipo de chico que se acerca a las chicas, las chicas se acercan a él, y prácticamente tu cara tenia un letrero de rechazo, te ha sonreído, ¡OH POR DIOS, TE. HA. SONREIDO!- grito un poco emocionada.
-Zanja eso, no estoy interesada en chicos- dije con la voz amarga, Savannah al ver eso solo asintió y seguimos caminando.
Las próximas dos clases con las cuales finalizaba mi primer día oficial las pase muy bien debido a que Savannah se había sentado a mi lado en todo momento, y me explicaba con detenimiento cada pequeño detalle que yo conocía, descubrí que era una chica solitaria, la cual como todos poseía miedos internos y le era muy difícil abrirse al exterior, sin embargo tenia a su alrededor un aura de total confianza y tranquilidad, su compañía me era definitivamente agradable.
Al terminar las clases un interrogante se planto en mi interior de lleno, ¿Cómo se suponía que yo volvería a casa?, ¿acaso mi padre vendría a buscarme?, ¿acaso debería irme a pie?, caminar definitivamente no me haría mucho mal, pero lo realmente malo es que no tenia ni la menor idea de donde vivía, ni la calle, ni la avenida, Savannah al parecer comprendió mi expresión de pesadumbre y dijo.
-Esperaremos a que llegue mi madre, estoy totalmente segura de que no le importara llevarte a casa- ante esto solo pude sonreír abrumada por su increíble amabilidad, al parecer tenia una nueva amiga. Una verdadera amiga, no como London, Harry, Step, Brittany, Joshua, Jade, Liam...
Llegamos al casillero de Savannah y vio como esta guardaba unas cosas en el, nos dirigimos al parqueado mientras que una fina capa de lluvia se disipaba sobre nosotras, nos logramos resguardar en el porche de la cafetería.
Observe que casi todos los alumnos allí tenían auto, pero en eso mis ojos se desviaron inconscientemente casi con autonomía propia hacia una chica que paso a mi lado con gran destreza y rapidez, su caminar poseía una gracia particular propias de una modelo o de una fina bailarina de ballet, su pelo color broncíneo caía en ondas hasta su cintura y parecía jugar con la brisa mientras que ella en vano trataba de controlarlo, su piel blanca en exceso era diferente, era pálida, demasiado, de un color que jamás había visto.
En ese momento mis ojos se desviaron de ella y fueron a parar a la mitad de la carretera, donde de manera sincronizada se estacionaron cinco coches al unísono, al ver como un chico moreno bajaba de un Volkswagen rojo me quede idiotizada, alto, con su piel cobriza y su pelo negro azabache y unos músculos que probablemente te dejarían sin aliento, podía ponerle entre unos 20 y 25 años de edad, vi como la chica de cabellos broncíneos  se acercaba corriendo increíblemente rápido hacia él y se sellaban en un caluroso y afectuoso abrazo para segundos después unirse en un beso tan apasionado y profundo que me vi obligada a mirar hacia otro lugar.
Los otros ocupantes de los respectivos automóviles llegaron en ese momento, todos creando bromas y burlas hacia la cariñosa pareja.
-Ella es Renesmee- dijo Savannah, sacándome de mi atontamiento.
-¿La chica de pelo bronce?- pregunte.
-Si, y él es Jacob- prosiguió.
-No es un poco mayor…                                               
-A quien le importa la edad cuando tienes a un chico como Jacob a tu lado- se burlo.
-¿Quiénes son los otros chicos?-
-Son los otros quileutes, Ellos son Sam, Paul, Seth, Embry, Brady, Jacob, y no se como se llaman los otros, nunca he hablado con ellos- explico- Oh mira allí viene mi mama.
La señora Murray era una mujer increíblemente agradable, deduje que Savannah lo había heredado de ella, siempre estaba sonriendo y diciendo anécdotas fantásticas de como eran las cosas cuando ella estaba en el instituto, ella había nacido en Forks y toda su vida había vivido allí, me pregunte si Savannah desearía lo mismo, mi mente proceso una respuesta instantáneamente, No.
Al llegar a casa abrí la puerta principal con una llave que me había dado mi padre en al mañana mientras íbamos de camino a la escuela, la casa estaba impecablemente limpia, él me había dicho que una mujer venia en las mañanas a hacer todos los deberes de la casa y a preparar la comida, que siempre lo dejaba todo en el microondas, tan solo para que lo calentara y así lo hice, el olor de las pasta inundo por completo la cocina, evocándome meses atrás donde en un restaurante italiano, vi como un objeto brillante destacaba entre la copa de Champagne que me habían servido, aleje aquellos pensamientos de mi memoria, este no era el momento, esta era una nueva vida.
Pero maldita sea!, Dios sabia que lo intentaba, no es fácil olvidar años en tan solo cuatro días, no es fácil que cada cosa que hagas sea un recuerdo demasiado doloroso, todo me recordaba a él, incluso el aire que respiraba me lo recordaba, el también respira…
Comí las pastas desanimada y sintiendo el silencio desconsolante caer sobre mi de una manera tan agónica que me dejaba perpleja, al terminar lave el plato y los cubiertos que había ensuciado y trate de dejarlo todo como estaba, Salí al patio trasero deleitándome con el bosque, el verde que contenida tantos matices diferentes, era hermoso, fascinante…
La pequeña terraza que se extendía bajo mis piel era de un color blanco y acababa donde comenzaban los arboles, me acosté allí, protegida del frio de las baldosas contra mi piel tan solo por la cazadora, cerré los ojos quedándome allí sintiendo como el frio calaba mis huesos poco a poco entumeciéndolos, me deje ir recordando… permitiéndomelo, lo necesitaba, era vital para mi recordar como movía su pelo y lo retiraba de sus ojos, como chasqueaba los dedos al estar nervioso, como su risa lograba arreglar mi mas aterrador día, las manillas que solía llevar en sus manos, siempre quise una, cuando el me la ofreció no la acepte, ahora me reprendía por ello; Como su cuerpo eclipsaba el mio al abrazarnos, como siempre acertaba al saber que camisa llevaría cada día, como a veces completaba sus frases y como el nunca completaba las mías…
Vi las fallas, el vivir increíblemente cerca y sentirnos tan distanciados, y como acabo todo en 6 meses lejos, ¿acaso eso había sido todo para el?, no, negué internamente eso no lo había sido todo, al menos no paro mi, como siempre que agarraba su mano el inconscientemente la soltaba y como por momentos la soltaba yo sintiéndome incomoda con su cercanía, como los besos a veces solían perder su esencia, como los dos lo notábamos, como el siempre criticaba mi ropa de vestir y como dos años antes había dicho que mi pelo era estúpido, que aquel rosa que se divisaba en mis puntas solo me hacía ver ridícula, patética e infantil, y como a pesar de que yo lo amaba lo había cortado por el, como me maquillaba excesivamente solo por satisfacerlo incluso aunque yo lo odiaba, esas cosas nos destruyeron.
Ahora todo era una farsa, todo se desmantelaba rápidamente dejando ver que todo era un inmaduro juego, un juego que ninguno de los dos debió jugar, quizás él es demasiado el, quizás yo soy demasiado yo, lo que duele es como mi esencia no es la misma, ya ni siquiera se si soy realmente yo, no se quien soy.
Al sentir pequeñas gotas de agua mojar mis mejillas me levante rápidamente de allí, y entre a casa tomando mis deberes y realizándolos, al poco tiempo llego papa, me sorprendí al ver que había llegado temprano el solo me informo que había pedido que lo dejaran salir un poco mas temprano.
Luego de disculparse por no haberme ido a recoger a la escuela subí a mi habitación, me asome al balcón dejando que finas gotas de lluvia mojaran mi cabello y que el viento gélido me estremeciera, logrando que cerrara los ojos y a lo lejos sentí un aullido muy singular que logro erizarme la piel, cerré con fuerza las puertas de el balcón, tome una ducha y me puse un pijama para después tirarme a la cama, sin poder contenerme ante la comodidad de esta comencé a saltar como lo hacia de pequeña, al quedar exhausta me acomode entre las mantas dejando la lámpara encendida, y en algún punto de una canción desconocida me quede dormida.

ADELANTO:
“-Jamás pensé que haría esto pero… aquí vamos…. Ellos son casi todos chicos, son como 20 más o menos, y solo somos 7 chicas, todas las fiestas son ¡HORRIBLES! Porque las chicas que van son las parejas de algunos, y los otros 13 siempre quedan solos, así que, prometí invitar a unas amigas- dijo mientras un furioso tono rojo inundaba su cara, como si estuviera confesando un intento de asesinato, -Pero como ya te habrás dado cuenta no tengo ninguna.”

NOTA:
Como dijo me dijo una amiga ‘cada cosa que haces tiene un significado’ y como dijo otra ‘eres un rompecabezas, si analizara cada cosa que dices quizás no finalizaría’, en parte es cierto, tienen un gran trozo mio en este capitulo, desde los personajes, los recuerdos, las personalidades, los diálogos :D
Will y Savannah recuérdenlos *-*
Gracias a los que comentaron el capitulo pasado, estaré montando el tres muy pronto, debido a que ya solo le falta muy poco *-*
Espero que lo disfruten y que les haya gustado el mini adelanto que les he dejado :D
Gracias por Leer, Natalie Mars.


4 comentarios:

  1. wow¡¡¡ estuvo genial el capitulo me ha encantado estoy anciosa´por ver cunando embryl y shopia se encuentran me facina tu historia nunca he lido de las imprimaciones de los demas quileutes y es genial saber de ellos...particularmente entre mis personajes faviritos esta embry...espero con ancias tu prox cap. por sierto me agrado tu delanto...publica pronto :)

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  2. Wao!!! ESTUPENDO tu Capítulo 2!!! GENIAL!!! escribes MUY BIEN Amiga!!! Tienes mucho talento.... definitivamente.... lo único que lamento es que Sophia aún no conoce a Embry y aún no ha sido tocada por el Mágico y Mistico Mundo de los Quileutes.... Me muero por ver lo que viene.... Wao!!!! ME ENCANTO!!!

    Anita

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  3. AMIGA Naty!!!

    Cuando colocas el tercer capítulo de ATRAPADA????

    Esperamos ansiosas el próximo!!! queremos saber más de EMBRY y SOPHIA!!!

    Please!!!

    me encanta esto!! escribes MUY BIEN!!! sigue adelante!!! ánimo!!! te esperamos....

    Tu Amiga Cristina....

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  4. Amiga Nati!!!

    CUando vuelves a publicar esta historia?? cuando colocas el tercer capi??? me muero de ganas de saber que pasa??? please!!! no demores en colocar el proximo capi!!!

    Any

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Palabras D apoyo *-*