Incandescencia Glacial, Capitulo 15

Incandescencia Glacial capitulo 15

“Un tatuaje, Un para siempre…”

*”Antes que todo, tú que estás leyendo esto, no tienes idea de cuánto lo siento, nos leemos allá abajo…” *

. . .

POV. Claire

Allí estaba el, en la acera contaría de mi casa, en su auto.

Todos los días eran iguales desde que habían empezado las vacaciones de verano, en sus turnos de descanso, en vez de irse a casa a dormir, se quedaba afuera, en su coche, esperando quizá que yo saliera o algo por el estilo, esperando quizás hablar un momento conmigo, cerré la cortina con rudeza, pensando en cuantas veces estos últimos meses había intentado hablar conmigo, en vano, realmente estaba preocupada por él.

-Tía Emily, ¿podrías ir afuera y decirle a Quil que se vaya?, Realmente me siento acosada- murmure.

-No puedo prohibírselo, está en su naturaleza querer estar cerca de ti, por más que quiera no puede mantenerse alejado- Respondió ella como si aquello fuera lo más natural del mundo, aunque probablemente en “nuestro” mundo lo fuera.

-Necesita descansar, lleva semanas sin dormir…- le explique esperando que quizás ella entendiera mi punto, error Claire, error.

-¿Por qué no vas y se lo informas tu?- me pregunto ella, levantando su ceja, aquella que no estaba cubierta de cicatrices.

-Vale- dije, ya estaba bueno, armándome de valor, fui hasta la puerta y la abrí decidida, pero al momento de ver como el abría la puerta de su coche, me petrifique, ¿Qué se suponía que debía decirle? “hey Quil, me he aburrido de verte aquí, vete” o quizás “hey Quil, me pones nerviosa cuando estas cruzando mi acera porque simplemente no vienes me secuestras y me haces tuya”, no, eso definitivamente no estaba bien, o quizás si… no, definitivamente no.

Definitivamente eso no estaba nada, nada bien, o eso quería creer.

Camine afligida hacia él, mientras observaba como se bajaba del coche mirándome fijamente, arrastre mi mirada hacia el suelo, queriendo evitar su rostro lleno de dolor y de tristeza.

“Deberías haber dicho no, deberías haber vuelto conmigo Quil”, pensé mientras veía sus ojos arrepentidos.

-Hey…- dije en un suave susurro cuando estuve a un metro de distancia de el.

-Hey- contesto de vuelta, sin mirar mi rostro.

-¿Hace cuanto no duermes?- pregunte viendo los surcos morados bajo sus ojos.

-¿Hace cuanto no lo haces tú?- pregunto el viéndome ahora.

-Yo te pregunte primero, además… yo estoy de vacaciones, tú debes patrullar- le conteste, esperando que dijera algo como “claro Claire ya me voy” o quizás “Claro Claire pero primero cásate conmigo” Error de nuevo Claire, nunca sabrás lo que dirá o hará Quil Ateara, por algo es tu…

Baúl lleno de sorpresas, osito Quil, o al menos eso solía ser.

-Estoy bien aquí- dijo mirándome fijamente, quizás queriéndome decir algo con su mirada.

-¿Afuera de mi casa? ¿Sentado en tu coche todo el día? Si claro, que gran comodidad- dije sarcásticamente, Error por tercera vez Claire, el no se estaba riendo…

-No, estoy bien cerca de ti- susurro bajando su mirada –yo simplemente lo siento, yo… yo haría cualquier cosa, lo que fuera con tal de estar cerca de ti…- concluyo.

¡Ohhh mira Claire! ¡Ahí está tu corazón! Creo que se te ha salido del pecho.

Espere, espere, espere…

O quizás era el quien esperaba que dijera algo.

-Deberías irte, comer, tomar un ducha, dormir un rato, antes de que empiece tu turno patrullando…- dije con mi voz apenas audible, cuando por dentro mi corazón gritaba “¡ESTUPIDA, POR LO QUE MAS QUIERAS BESALO Y YA! ¡ERES UNA GALLINA YOUNG! ¡UNA COMPLETA GALLINA! ¡PEDAZO DE PUTA MIRA SU CARA, EL ESTA ARREPENTIDO!” y mi conciencia  gritaba de vuelta “¡PERRA CALLATE, LE PARTIO EL CORAZON!” si, tenía todo un lio interno.

-No.

-Por favor…- le pedí.

-Con una condición.

-¿Qué?- pregunte incrédula.

-Dame un beso…- dijo mirando mis ojos, y luego mis labios y luego mis ojos otra vez.

-Lo siento pero no eso…- le respondí, mientras que mi mente gritaba “¡BESALO! ¡BESALO! ¡BESALO! ¡BESALO! ¡BESALO! ¡BESALO! ¡BESALO! ¡BESALO!”.

-En la mejilla, eso es todo lo que te pido…- dijo implorándome, como se implora una gota de agua en un desolado desierto.

-No.

-Vale…- dijo, mientras que se daba la vuelta cabizbajo hacia su auto.

Entre a casa, realmente triste, no, esa palabra era muy poca cosa para como estaba.

Estaba…

Sola, exactamente sola, como si de repente una parte de ti fuera arrancada de tu lado, como un dedo o quizás una pierna, Quil era una parte de mi, y siempre que Quil se iba me dolía, me dolía tan terriblemente que me sentía ahogar, necesitaba a Quil, mi dosis personal de Quil.

Fui hasta la cortina y abrí un pequeño, pequeño, casi diminuto espacio.

El no se había ido.

Fue entonces que lo comprendí, el NO se iba a ir y aquello solo me enfureció mas, ¿Qué era esto?, “imprimación Claire, eso es imprimación” pensé, sin meditar bien lo que hacía fui hasta mi habitación, dejándome caer en mi cama, acostada, mirando el techo de madera, pensando en cuantos años habían pasado desde que empecé a vivir en esta casa, y en como la madera del techo permanecía igual, fue entonces que comprendí que yo era esa madera y Quil también lo era, a pesar de los años que transcurrieran en el futuro, las cosas serian igual,

El sentimiento estaría igual,

La imprimación, la necesidad de estar juntos estaría igual,

Entonces, en aquel mínimo instante entendí, que por más que intentara, y por más que me alejara de Quil Ateara nuestros caminos siempre iban a encontrarse, siempre estaríamos conectados, incluso, aunque parezca imposible, después de la muerte…

¿No es eso la imprimación? ¿Un para siempre? Que alguien me diga lo que es, porque  yo no lo sé.

. . . .

¿Nunca has querido, deseado… quizás… cambiarlo?- le pregunte mientras observaba como pequeñas gotas de agua se estrellaban contra el cristal produciendo un ruido sordo, indicando que pronto empezaría a llover, o quizás, se desataría un tormenta.

-Antes no, ahora si.- dijo Ian mirando a la nada, abstrayéndose de todo, estábamos en su cuarto, en la casa de los Cullen, luego de que Quil se fuera cerca de las 5 de la tarde a su próximo turno Ian había ido a por mí, trayéndome aquí, nuestro puerto seguro, o aquello creía.

Estábamos los dos observando como la lluvia ahora caía estrepitosamente, había pasado ya dos meses desde aquel encuentro con Quil en la fiesta de la playa, en el que le había obsequiado en vano mi primer beso, ¿tienes idea de todo lo que puede suceder en dos meses?

Yo te diré que puede suceder en dos meses.

Nada.

Las cosas seguían dolorosamente iguales, Quil intentaba cada vez que podía hablarme, en vano, Collin por su cuenta parecía solo saber pronunciar monosílabos como: ‘hola’ ‘bien’ ‘adiós’.

Es frustrante ver como nuestra amistad se iba por el retrete, Ian…

Ian se había convertido en una parte fundamental para mi, en mi mas secreto e intimo diario personal, es como si de repente él lo supiera todo, todo acerca de mi y de quien era, de que pensaba, de que deseaba, y de que sin embargo nunca podría obtener.

-¿Acaso quieres tu cambiar algo?-pregunto el de repente mirando fijamente mis ojos y abstrayéndome de mis pantanosos pensamientos.

-Quisiera elegir, solo eso…- susurre, no dijimos nada mas, los dos teníamos plena conciencia de a que me refería, hablábamos mucho acerca de eso.

Últimamente envidiaba a las chicas de mi edad, chicas normales, chicas no vampiro, chicas no lobo, chicas…no imprimadas, solo… chicas normales.

Chicas normales con una vida normal que podían salir a cualquier hora del día con sus amigos normales, chicas normales que guardaban secretos normales, chicas normales que se enamoraban de chicos normales, chicas normales que besaban a chicos normales, chicas normales que tenían la normal elección de elegir con que chico normal querían tener una normal relación normal, no una chica no normal que no tenía una vida normal y que estaba imprimada de un chico no normal con el que estaba destinada a pasar toda su no normal vida.

Ese es el punto de la cuestión, yo no había elegido, yo simplemente seguía una línea que me ha marcado, es una especie de tatuaje permanente, algo que jamás podrás borrar de ti, un tatuaje con el que has nacido, algo que llevaras impreso en ti para… siempre.

¿Entonces para que vivir?

La vida está hecha para tomar decisiones y así, equivocarte, ¿Cuál es el verdadero punto de la cuestión si yo no elegiré?

Amaba a Quil, pero siempre me preguntaba, ¿quería? ¿Realmente deseaba amarlo? No lo sabía, yo había nacido para amarlo.

No había dicho Bob Marley que “Cada hombre debe tener derecho a elegir su destino”, ¿donde quedaba eso?

-¿Podrías llevarme a casa?- pregunte- se ha hecho tarde, Tía Emily se preocupara…- dije mirándolo, mientras que la expresión en su cara se endurecía y su mandíbula se tensionaba, esperaba salir por la ventana de su habitación como hacíamos normalmente peor Ian sorpresivamente tomo mi mano llevándome por el pasillo.

Ian fijo su mirada en la mía mientras que juntos bajábamos las escaleras, rumbo a la puerta principal, ¿recuerdas lo que había dicho anteriormente sobre las elecciones bla bla bla?

Bueno, todo eso se fue a la mismísima mierda cando vi quienes iban entrado a la casa justo en ese momento, nada más y nada menos que la familia Cullen, y cuando digo ‘familia’ me refiero a todos, desde el Dr. Carlisle Cullen hasta Renesmee acompañada por Jacob quien apretó fuertemente la mandíbula cuando me vio junto a Ian.

Me quede allí, totalmente muda, como si de repente mi voz hubiera sacado un cartel que dijera “temporalmente fuera de servicio” mirando a 10 seres sobrenaturales, siendo consiente de que ellos a su vez me miraban a mí.

 -Hola- musite con mi voz realmente baja, cuando al fin pude articular una palabra, ningún hueco lo suficientemente grande y profundo en la tierra opacaría esta situación tan vergonzosa.

-Hola Claire, ¿Cómo has estado?- pregunto Alice, tratando quizás de remover toda la tensión palpable en la sala.

-Muy bien, gracias- dije tratando de ser cordial mientras observaba como Bella me miraba fijamente, clavando sus ojos topacios sobre mí, evaluándome.

-¿Sabe Sam que estas aquí?- pregunto Jacob, oficialmente terminando de C.A.G.A.R.  El momento, Ohhh espera, el momento ya estaba cagado.

-No, no lo sabe…- respondí agachando mi mirada, perdida, sintiendo rabia correr por mis venas ¿Qué le importaba eso a el? O quizás ¿Por qué simplemente no moría ya y evitaba la absurda y agonizante vergüenza?, mi mirada se poso sobre Renesmee, estaba ignorándome, evitando hablar conmigo, ¿Qué era esto? ¿Qué le sucedía?- ¿podrías llevarme a casa?- volví a preguntarle a Ian sintiéndome realmente enferma.

-Si- me contesto en un susurro, para luego levantar la cabeza y gritar, literalmente a su familia- ¡TRAIGO A UNA CHICA A CASA Y TODO LO QUE PUEDEN HACER ES ECHARLO TODO A LA MIERDA! ¡JODER GRACIAS, AUMENTAN MI EGO!- De repente enmudeció y luciendo un poco arrepentido dijo- no lo esperaba de ti Carlisle, Esme ¿Qué más puedo esperar?

-No hagas esto de esta forma Ian- dijo Bella mirándolo con ojos de amor, de arrepentimiento, era extraño, Ian sin duda podría ser su padre en edad, lucia mayor que ella, pero su mirada, era la mirada de… una madre- ella está prohibida para ti, lo sabes cariño…- dijo suavizando su tono, y mirándome con arrepentimiento.

-A la mierda mama, tú estabas prohibida, y mira donde estas ahora, me voy, no me esperen- y dicho esto halo fuertemente mi brazo hacia la salida, hiriéndome.

-Ian- oímos como Edward lo llamaba, -la estas lastimando- termino.

Soltó mi mano inmediatamente, tomando mi muñeca y dejando un beso en ella, mirándome con arrepentimiento, con dolor, le sonreí un poco, haciéndole saber que estaba bien, fuera de allí, quizás estaría bien.

-Ian- volvió a llamarlo.

-No.- simplemente respondió, poniendo su mano sobre mi espalda baja, llevándome de nuevo hacia afuera.

-Ian, Jacob llevara a Claire a casa, el también debe irse- hablo Edward otra vez.

-¡HE DICHO QUE NO! ¡YO LA TRAJE! ¡YO LA LLEVARE!- Grito mirando a Edward con cólera en sus ojos.

-Hey…- le susurre mirándolo, tome su cabeza entre mis manos obligándolo a que me mirara- tranquilo, puedo irme con Jacob, vale, ¿está bien?- dije una vez que sus ojos se encontraron con los míos, perdiéndome en ellos de repente.

-Bien…- musito mirándome, en ese instante, me halo hacia él, estrellándome contra su cuerpo y dejando un beso en el tope de mi cabeza, mientras solo nos quedábamos allí.

De repente alguien se aclaro la garganta por lo que nos vimos con la necesidad de separarnos, y al abrir mis ojos que se encontraban cerrados un momento atrás, fui consciente de cómo 10 pares de ojos me observaban con incredulidad y un sin número de emociones mas en sus caras.

-Vámonos- mascullo Jacob luciendo realmente enojado.

-Adiós- murmure mientras salía cabizbaja de allí.

-Móntate al coche- bramo Jacob.

 Sin refutar nada rodé el coche y subí al asiento copiloto abrochando el cinturón de seguridad, vi como Jacob subía para luego con fuerza arrancar el coche haciendo que las ruedas chirriaran contra el asfalto.

-¡¿Qué COÑO ESTAS PENSANDO?!- Grito Jacob una vez estuvimos por los menos a dos kilómetros de la casa Cullen - ¡SABES LA GUERRA QUE DESATARAS SI SAM SE ENTERA!- Escupió, mirándome con Fastidio.

-Somos simplemente amigos.- Le conteste apretando mi mandíbula.

-Amigo el ratón del queso Claire, acaso tienes idea de cómo ha estado Quil estas últimas semanas sin ti, el está allí, sintiéndose como la puta mierda cada vez que patrullamos y tu estas acá ¡con ese bastardo!- volvió a gritar.

-¡Y TU ESTUPIDO! ¡SABES LO QUE EL ME HIZO! ¡QUIEN ERES TU PARA JUZGARME! ¡METETE EN TUS PUTOS ASUNTOS JACOB!- Le grite de vuelta.

-El está arrepentido- dijo esta vez con la voz en un tono neutro.

-Pues el tiempo no se puede devolver- dije cortando la conversación, mientras que miraba por la ventana como caía la lluvia, así como caían gotas de sangre de mi corazón ante sus palabras.

Quil, ¿Por qué yo? ¿Por qué tu? ¿Por qué no me amas como se supone que debes hacerlo?

El coche paro abruptamente una vez que llegamos a casa, Abrí la puerta rápidamente pero Jacob me lo impidió casi al instante.

-Lo siento por gritarte ¿vale?- dijo, asentí con la cabeza, Jake era como mi hermano mayor, a veces imposible, y otras veces mucho más que eso, -habla con el… el te ama Claire, no le diré a Sam lo de Ian porque no es mi problema, pero por favor, evita una guerra…- susurro, dejándome libre esta vez.

Corrí, literalmente hacia casa, evitando la lluvia que amenazaba con cernirse sobre mí, al llegar al porche oí las llantas de su Volkswagen chirriar contra el pavimento, poniéndose en marcha hasta solo dejar un leve murmullo en la distancia tras él; no fue hasta que entre a la sala y vi la cara de tía Emily que realmente me sentí mal, ella venia hacia mí, con una gran sonrisa en la cara, preguntándome que tal estuvo mi día con Jazmín y un montón de mierdas mas que no quería pensar en este momento, mentiras.

Últimamente ellas adornaban mi día, dejándome saber la persona de mierda en la que me estaba convirtiendo, “eso es porque vives en un mundo de mentiras Claire” me grito mi consciencia, teniendo toda la razón, mentía acerca de, TODO, Mentía sobre mi vida, mentía sobre mi familia, mentía sobre Quil, mentía sobre tía Emily, mentía sobre tío Sam, mentía sobre Sami, mentia sobre la manada, mentía acerca de todo aquello que me rodeaba, ¡TODO!

Y ahora aquí estaba yo frente a esta gran mujer que me ama y estoy justamente mintiéndole acerca de todo lo que hecho hoy, acerca de todo lo que he estado haciendo estos últimos meses.

De repente la sala me pareció demasiado pequeña, quería escapar de allí, debía escapar de allí, necesitaba escapar de allí.

Dejando a Tía Emily terminando de preparar la comida fui hasta el patio trasero, llevando conmigo una toalla y una vieja cazadora para el frio, abrí la toalla sobre la arena de la playa, hacia frio, tanto que me estaba calando los huesos, frote mis manos varias veces, intentando desaparecerlo, pareciendo prácticamente imposible.

Al recostarme sobre la toalla, quede con mis ojos hacia el cielo, observe los tonos anaranjados y rosados que coloreaban las algodonosas nubes, recordando cómo alguien alguna vez había dicho “el cielo es el límite” una escala de colores cálidos decoloraba el cielo, índices de un inminente atardecer, de un crepúsculo mas, de un anochecer mas.

Es realmente increíble, pero estamos en comienzos del verano, y aquí estamos, prácticamente como si fuera un día invernal mas, calor y frio, fundiéndose, tratando de ganar una batalla, coexistiendo entre sí, ¿acaso no era siempre así? La lucha del bien y el mal, del frio contra el fuego.

Logrando un punto muerto.

Un intermedio imposible dentro de los límites de lo natural.

Mi corazón lo tenía, poseía a dos maravillosos hombres en mi vida, fuego y hielo, consumiéndose, jugándose una batalla hasta el fin,

Una incandescencia Glacial.

Mi corazón dolió, y no es el tipo de dolor que pronuncias, es un dolor infinito, como si de repente tus costillas fueran desgarradas brusca y cruelmente, como si una parte de ti se abriera totalmente, mis venas ardían literalmente, mi corazón zumbaba dentro de mi pecho tratando de controlarse, de encontrar una salida entre el dolor, mientras sentía el fuego consumirme, ¿Cómo es que no había muerto ya?

No podía respirar, y simplemente empecé a toser como una condenada tratando de introducir un poco de aire a mis adoloridos y devastados pulmones.

Fue entonces cuando entre mi agitado corazón y mi debilitada respiración escuche a lo lejos, como si de kilómetros se trataran el pitido del teléfono, luego de un minuto dejo de sonar, ¿Por qué no podía moverme? De repente ya no dolía, pero es como si estuviera petrificada, incapaz de moverme, incluso incapaz de parpadear.

-¡Claire!- escuche el grito desgarrador de tía Emily, y antes de que pudiera darme cuenta grito -¡Es Quil!

¿Recuerdas al comienzo cuando hablaba de las decisiones?

Decidí en ese momento que todo me importaba una mierda.

Me di cuenta que pasara lo que pasara, estaba unida a él,

A esta… Incandescencia Glacial.

NOTA DE LA AUTORA:

¡HOLA! Creo…

No sé realmente de que manera debo empezar a pedir disculpas, es como si de repente cualquier cosa que dijera no fuera suficiente, se que cualquier cosa que diga no será suficiente, llevo dos meses sin escribir… o más, no lo sé exactamente, pero realmente lo siento…

He llegado al punto en el que mis personajes y en especial Claire se me ha salido de las manos, ella y yo no somos iguales, nada, nada iguales yo diría algo como ¡VETE A LA MIERDA JACOB! Y ella simplemente se calla y no dice nada, yo besaría a Quil, ella no lo hace, entonces aquí viene el problema, tenía una línea que seguir y me di cuenta de que esa no era Claire Young, esa era yo, así que empecé a definir esto otra vez, por eso me demore tanto, quería encontrar una identidad, un punto, una línea entre Claire y yo.

Pero weeeeeeeee ¡AQUÍ ESTA! Lo he leído casi 5 veces y al fin esta hecho el cap 15!!

Y como yo las amo, les traigo una propuesta indecente (inserten risa pervertida aquí), este es el cap 15, así que si este capítulo alcanza 15 comentarios, hare un mini-maratón de 2 capis la próxima vez que publique :D, siento que se los debo, pero aun así quiero mis comentarios!

Gracias a todas las que me apoyan y así, a las que dejan sus comentarios, y a los que solo leen, a todos les invito a pasarse por mi blog, lo he remodelado y he adjuntado allí una nota sobre mí, por si te interesa saber un poquito más acerca de mi, además es allí donde publico mi otra historia, te dejo aquí el link que es:

www.spacewonderstruck.blogspot.com

Así que te invito a pasarte por allí, de nuevo lo siento, nos vemos en 15 días, (actualizare IG en 15 días, es el día del 15 FUCK YEAH lml)

Las adora así como que demasiado,

Natalie Mars.